sábado, 10 de octubre de 2009

Normalidad

Nubes que iban, venían y sin duda volverían al día siguiente. Gotas de lluvia que marcaban los cristales de sus gafas torcidas. Ráfagas de viento que se empeñaban en despeinar su flequillo. Siempre mirando al suelo, ausente a lo que pasaba a su alrededor. No le importaba lo demás, su MP3 le brindaba una magnífica oportunidad para desentenderse del mundo que le rodeaba... "Then I'll dig a tunnel from my window to yours..". Sonrió como la primera vez que escuchó esa canción, realmente esa música le hacía evadirse de la realidad tan abrumadora que veía cada día. "Yeah, a tunnel..". Pip-pip. BATERÍA BAJA. El aparato se apagó y le hizo volver de un golpe al mundo, a esa ciudad, a esa calle donde la gente caminaba deprisa y con cara seria.

Sintió verdadera compasión por los niños que salían correteando al patio del colegio. No sabían lo que les esperaba en unos años: hipocresía, mentiras, egoísmo, ... El maravilloso mundo de los adultos. Estudiar una carrera. Encontrar un trabajo. Comprar una casa... Todo material, conceptos materiales que la sociedad les impondría, que ellos mismos se impondrían como metas. Pero, ¿por qué? ¿Por qué tenía que ser todo así? Creación en cadena, como una fábrica de automóviles. Todos iguales, igual de falsos, igual de inhumanos. Cada uno disfrazado de una forma, cada uno con una manera de pensar diferente, pero, en el fondo, todos clones.

Hizo un repaso a los pocos años que el tiempo le había permitido vivir y se dio cuenta de cuánto había cambiado. Mejor dicho, de cómo los demás le habían hecho cambiar. Cada golpe que había recibido lo guardó en su memoria para tratar de no caer en los mismos errores. Cada reproche se convirtió en silencio. Y así pasó de ser un crío sonriente y alegre a una persona callada y un tanto extraña, como solían decir los demás. ¿Extraña por qué? ¿Porque prefería observar los movimientos de los demás y guardarse sus pensamientos en vez de hablar chorradas y hacer el imbécil? Debía ser eso, debía ser que para alcanzar el concepto de "normal" tenía que hacer lo que todos hacían. Pues le daba lo mismo, prefería seguir siendo "extraño" a pertenecer al rebaño de ovejas tan iguales y tan inhumanas.

domingo, 26 de julio de 2009

Planes y más planes

Llega un momento en que, cuando vuelves a casa tras un tiempo y te encuentras con gente que veías cada fin de semana, ya no sabes que decirle después del quétal de turno. Si tienes suerte y se van a bajar dos paradas más tarde, a lo mejor puedes enterarte de los viajes que han hecho este verano, o de los que van a hacer.
Son todo planes, todo el mundo se teje su propia red de futuro. Nos fijamos unos sueños y unas metas, siempre pensamos en lo que vamos a hacer después. Cuando empieza el día ya estás intentando definir tus pasos: me levanto, me ducho, estudio, me voy a trabajar, como, salgo,… BLABLABLA Siempre lo mismo, nunca dejamos que fluyan las cosas, que salgan solas, siempre tiene que haber algo planeado, algún plan B por si el A se nos jode. Queremos controlarlo todo y nos da miedo no poder hacerlo. Y así no, así no debería ser. Los mejores planes son los improvisados. Lo bueno está en lo desconocido.
Sin embargo, siempre tengo que tejer mi red, la que me salvará cuando esté cayendo al vacío.. o al menos eso creo a veces. Tantos planes y tan pocos se cumplirán.. que a lo mejor eso es lo bueno y cualquier día, el que parezca ser el más normal de todos, será uno de los mejores. Eso nunca lo vamos a saber, por lo que os aconsejo (ME aconsejo) disfrutar el momento, mentes en blanco y apreciar lo que tenemos al lado, cualquier pequeño detalle, ese que hará a cada día diferenciarse del anterior y del siguiente, ese que nos salvará de la tan odiada rutina.

sábado, 16 de mayo de 2009

Psychedelic dream

Un tímido sol que se colaba por las rendijas de la persiana hizo que se despertara. La grata sensación de acordarse del sueño que había tenido esa noche, invadió su cara arrancándole una sonrisa de la boca.

En ese sueño la naturaleza le acogía, tomaba formas insospechadas, las plantas cobraban vida, las nubes se acercaban a él, le acariciaban. Los colores brillaban más que nunca, mil tonos diferentes de verde le envolvían, el pelo rojo de la chica que estaba al lado suyo, el autobús rosa chicle que pasó por allí de nadie sabía dónde y hacia ningún sitio, las formas naranjas, rojas y amarillas con forma de mariposas entrelazadas que aparecían cuando cerraba sus ojos, una explosión de sabor en su boca cuando mascaba chicle.

Era curioso, aquello que el hombre había creado artificialmente llegaba incluso a producirle miedo, los edificios se abalanzaban sobre él, parecía que de un momento a otro le engullirían. No podía seguir mirándolos, tenía que huir de la civilización, tenía que contemplar la belleza de esa naturaleza que le acogía.

Se compadecía de aquellas pobres almas que vagaban con un rumbo fijo, con prisa, con obligaciones, y que no se paraban a contemplar lo maravilloso del paisaje, no podían, estaban inmersos en su mundo y nada les iba a hacer salir de él.

Era maravillosa esa sensación, no caminaba, iba flotando encima de una nube que se dirigía a algún sitio. Poco a poco una música iba haciéndose cada vez más audible, le gustaba, conocía esas canciones. Sin más dilaciones se puso a dar vueltas a un ritmo que no concordaba con lo que estaba sonando, era consciente, pero le daba igual, le apetecía moverse de esa forma y era lo que estaba haciendo. Se sentía libre. Mirar, observar, notar el viento en sus brazos, sentir. Sentir como nunca antes había sentido.

viernes, 1 de mayo de 2009

Diferente primavera

Esta primavera en vez de ser alegre, como tópicamente suelen ser, estaba siendo agotadora, triste, aburrida, estresante. Incluso los días, en vez de ser soleados y los parques animar a tumbarse en su césped verde, parecían adecuarse a sus sentimientos.
A lo largo de un día cambiaba varias veces de estado de ánimo sin ton ni son y eso no podía ser así. No podía ser así porque iba a conseguir volverla loca y volver loco a todo el mundo. Sólo quería escapar lejos. Irse de aquí y de allí. No permanecer más de dos semanas en el mismo sitio. Y nunca antes había deseado tanto poder echar unas alas imaginarias al vuelo. Y volar a nadie sabe dónde. Ni siquiera ella lo sabría, le daría igual con tal de que fuese lejos.

sábado, 11 de abril de 2009

Mundos diferentes

Cada persona es un mundo, eso siempre se ha dicho. Y es que la vida de cada uno puede llegar a ser muy diferente. Me refiero a que cuando crees que conoces a una persona, no la conoces realmente hasta que no ves el ambiente en el que ha crecido. Conociendo el origen de una persona puedes comprender por qué se comporta de tal manera y por qué tiene ciertas costumbres. Y es que, como dice una amiga mía, cada uno es como es por las circunstancias y experiencias que ha vivido. Y eso no se puede cambiar. Por eso digo que hasta que no sabes cómo ha ido creciendo una persona, no la conoces realmente. Porque cada persona es un mundo, y eso siempre se ha dicho.

domingo, 15 de marzo de 2009

Cosas que no me gustan

No me gusta que se me ensucien las gafas. No me gusta despertarme con calor y el sol en la cara. No me gustan las alcachofas. No me gusta ser tan cabezota. No me gusta esperar por los semáforos. No me gusta el reguetón. No me gusta el flamenco. No me gusta el heavy. No me gusta la humedad ni el calor sofocantes, me agobian. No me gusta tener 80 mecheros y que ninguno funcione. No me gusta que me cobren 4 pavos por una mísera cerveza. No me gusta no tener mascota. No me gusta que la gente quiera saber demasiadas cosas de mí, cosas que a nadie le importan. No me gusta esperar. No me gusta que me desaparezcan cosas, chorradas mías, pero mías al fin y al cabo. No me gusta ser tan impaciente ni tan maniática a veces. No me gustan la falsedad ni la hipocresía, aunque todos lo seamos alguna vez. No me gusta el whiskey. No me gusta no poder volar, irme y volver cuando me apetezca. No me gusta rayarme con tonterías. No me gusta ser tan vergonzosa a veces, ni tan escandalosa otras. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer y que, además, tengan razón. No me gusta ir a una tienda y ver colas tremendas en los probadores y en la caja, cuando sólo voy a comprar una camiseta. No me gusta el fanatismo que está alrededor del fútbol. No me gustan las mentiras ni las manipulaciones. No me gusta que la gente crea que rezando las cosas van a ir mejor. No me gusta el jamón serrano, ni el marisco, ni la fabada.

Cosas que me gustan

Me gusta fumar tirada en la cama mientras escucho buena música. Me gusta salir a la calle cuando hace sol sin necesidad de llevar abrigo. Me gusta tener ratos libres para mí. Me gusta encontrar artículos interesantes. Me gusta el capuccino con sabor a vainilla y trocitos de chocolate del Mercadona. Me gusta no tener nada que hacer, para tirarme al césped mientras el sol me nubla la vista y el aire me da en la cara. Me gusta que me recomienden libros o música y que éstos me gusten. Me gustan las tardes de no hacer nada, cuando pasa el tiempo y me da igual. Me gustan las series de típicos adolescentes y me gusta engancharme a ellas por Internet. Me gusta hablar de temas interesantes que sólo puedes comentar con unos pocos. Me gusta recordar. Me gustan los bolsos grandes de plastiquete. Me gusta sonreír. Me gusta ver fotografías de días de fiesta. Me gusta soñar. Me gusta releer antiguos pensamientos. Me gusta escribir, aunque apenas lo hago. Me gusta cuando nada me importa. Me gusta el incienso. Me gusta que me regalen cosas que saben que me van a gustar. Me gusta que las cosas me recuerden a gente. Me gusta cantar. Me gusta aprenderme las canciones que me gustan, para luego poder cantarlas. Me gusta hacer el bobo y reírme. Me gusta reírme. Me gusta ir por la calle y oír la risa de la gente, aunque no la conozca. Me gusta cuando un niño se alegra al ver a su madre y corre a abrazarla. Me gustan los abrazos. Me gusta recibir cartas. Me gusta ver cómo llueve mientras yo estoy calentita en casa. Me gusta dar paseos por la tarde cuando se ve que la gente está viva y dan ganas de saltar. Me gusta saltar encima de la cama y que a nadie le importe. Me gusta levantarme con una canción que me gusta. Me gusta pintarme las uñas de color azul. Me gusta el agua fría. Me gusta guardar papeles con frases o dibujos. Me gusta cómo cocina mi madre. Me gusta llegar a un bar y que haya un concierto wai. Me gusta la gente divertida. Me gustan las fotos en blanco y negro.

lunes, 9 de marzo de 2009

Tranquilidad

Es genial pasar un fin de semana de completa tranquilidad. Ver buenas películas, escuchar música, fumar, charlar, reír, pasar el tiempo y que pase, que pase tranquilmente, sin agobios y sin importar a nadie nada. ¿Que más da? ¿Qué más da todo? A la mierda el mundo.

Tirada en la cama, con la ventana abierta y una manta por encima, la música bien alta y sin nadie que moleste. Te das cuenta de que te gustaría verte desde arriba, para ver cómo eres al natural y ver cómo eres desde fuera. Agradeces ese respiro que te han dado las circunstancias, y lo aprovechas, lo aprovechas al máximo, porque sabes que hasta dentro de un tiempo no se podrá volver a repetir, si es que repite. Porque este ha sido El fin de semana, el de los contratiempos. Pero tembién el de las risas continuas.

Y a nadie tiene que importarle nada. A la mierda el mundo.

miércoles, 25 de febrero de 2009

Cambios inevitables

Van pasando los años y cada vez te sorprendes más. Tus gustos y forma de pensar van cambiando, sin embargo, un día te das cuenta de que todo lo pasado seguirá ahí y que los que creías perdidos ahí siguen y te sorprendes volviendo a escuchar esas canciones que te sabías de memoria y que tan buenos recuerdos te traen.. y resulta que no sólo te recuerdan esos momentos tan geniales, sino que aún recuerdas la mayoría de las letras. Y sonríes. Y te acuerdas de cuando pensabas que nunca dejarías de escucharlas, pero no fue así, cambiaste inevitablemente..
Menos mal que las circunstancias hacen que rebusques esos cedés para desempolvarlos y volver a escucharlos, y cantarlos, y sentirte como antaño, cuando pensabas que nunca cambiarías.

sábado, 21 de febrero de 2009

Perderse y no encontrarse

Perderse es la peor sensanción que puedes tener. Perderte y no encontrarte. Sentir que no perteneces a nada ni a nigún sitio.
Todos lo hemos sentido alguna vez y por eso tenemos miedo a que esa sensación se vuelva eterna.
Por eso lloramos tanto cuando nos dejan. Porque somos egoístas y no queremos vernos solos.

lunes, 9 de febrero de 2009

El tiempo

Y entre risas y cigarrillos de liar, camas deshechas, canciones, películas y cigarrillos verdes, hormonas andantes, guiños, sonrisas y abrazos, cafés a altas horas para estudiar el examen del día siguiente, comidas asquerosas y carteles pegados en las puertas, … se pasan los días. Y son siempre iguales pero a la vez diferentes, siempre animados por las ocurrencias de unos o de otros. Deseando que llegue el jueves para poder salir y volver de mañana y levantarte a la hora de comer y vaguear toda la tarde. Y ver las fotos del día anterior e ir recordando cosas..

Y lo escribes en un cuaderno que leerás pasados los años y recordarás este momento en el que te llevabas bien con tanta gente, y te darán ganas de llamarles y charlar un rato, pero no les llamas, porque total.. de qué ibais a hablar después de tanto tiempo?

Es eso, el tiempo. Siempre controlándolo todo e impidiendo hacer lo que nos gustaría. Y nosotros, también es verdad, que nos olvidamos fácilmente de las cosas y cuando nos queremos dar cuenta ya ha pasado demasiado tiempo como para volver a llamar. Es el gran fallo del cuerpo humano, la incapacidad de recordar todo lo que nos pasa. Porque, no sé a ti, pero a mí me gustaría poder recordar todo, lo bueno y lo malo, que para eso está, porque, sólo así, podríamos evitar los mismo errores y porque, de esta manera, no necesitaríamos volver a leer ese cuaderno para acordarnos de esas personas que tantas risas y llantos nos han arrancado.

sábado, 31 de enero de 2009

¿Naturaleza humana?

La pluma cayó de sus manos posándose en el pañuelo que hacía un rato sostenía, manchándolo de tinta, cebándose con sus fibras de hilo, invadiendo cada costura y anulando su color blanco puro.
Los hombres se invaden los unos a los otros como esa pluma acababa de invadir la pureza del pañuelo antes vírgen. Se invaden, nos invadimos, continuamente. Cada vez que cogemos algo de otro, estamos invadiendo su propiedad. Cuando, al conversar, discrepamos con el de en frente y criticamos lo que éste dice, estamos invadiendo su punto de vista.

Pero hay otra forma de invasión más triste y dañina. Es aquella que requiere armas para llevarse a cabo. Es la invasión más estúpida, la que está guiada por la avaricia de poseer más que el de al lado. Tener por tener.
Unos dicen que es naturaleza humana ser avaricioso, que desde niños queremos tenerlo todo. Pues, al igual que a un crío se le enseña a hablar, se le debe enseñar a rechazar la avaricia. Porque los niños de hoy, serán los hombres que gobiernen el mundo mañana. Y, al final, acabaremos invadiéndonos aún más los unos a los otros y matando a aquel extranjerito con el que jugábamos de niños los veranos en la playa.

El hombre acabará con el hombre, y esto, dicen algunos, también es naturaleza humana.

lunes, 26 de enero de 2009

Los nervios

Es increíble cómo los nervios pueden afectar tanto a una persona... Creía que sabía el motivo y eso le ponía más nervioso aún. ¿Realmente sería así? ¿O simplemente era un cúmulo de cosas algunas con más sentido que otras? No estaba del todo seguro, pero prefería no preguntárselo más, no fuese a ser que encontrase la respuesta final. Y no, ahora no. Como la canción: not now.

(...)

Aunque no quisiera, no podía parar de darle vueltas a la cabeza. Creía tener la respuesta: tendía a obsesionarse con un tema cuando realmente la solución era un conjunto de estímulos que le hacían volverse loco, por eso últimamente se ponía nervioso tan fácilmente. Era eso, un cúmulo de historias que en unas semanas desaparecería finalmente.

domingo, 25 de enero de 2009

Historias de vidas desconocidas

Lloramos viendo una película. Nos metemos de lleno en la piel del protagonista de una novela, hasta tal punto que sufrimos, reímos y nos excitamos con su historia. Sentimos una melodía, adoptamos una canción como "nuestra". Pero siempre llega el momento en el que dejamos de sentirlo. La película o la novela terminaron, esa canción cayó en el olvido, algo nos interrumpió y volvimos a la realidad, a vivir nuestra historia. Esa historia desordenada, sin pies ni cabeza. A veces muy fácil, a veces muy cruda. A días una mierda, a días el mejor momento. A ratos imposible para tí y muy fácil para otros. A veces construída a base de sueños, a veces demasiado realista.

Pero se trata de nuestra historia, esa que podría hacer llorar, reír o excitarse a cualquier desconocido que la leyese, a cualquiera que la escuchase. Porque cualquier película, cualquier libro, cualquier canción.. son eso, historias de desconocidos para desconocidos. Desconocidos que sienten, escuchan y comprenden, puesto que están deseando un sólo motivo para soñar, para darse cuenta de que la vida es un juego, de que siempre hay alguien que ha sentido lo mismo que sientes tú ahora. Porque son todo historias. Historias de vidas desconocidas.

Primera entrada

El motivo que me ha llevado a crear este blog no es otro que el de tener un lugar donde subir de vez en cuando algunas de las cosas que se me pasan por la cabeza. No son grandes textos y muchas veces hasta para mí carecen de sentido, pero es lo que me sale cuando cojo papel y boli.

Sin más, espero que, si leen, critiquen y valoren. Muchos besos!