domingo, 15 de marzo de 2009

Cosas que no me gustan

No me gusta que se me ensucien las gafas. No me gusta despertarme con calor y el sol en la cara. No me gustan las alcachofas. No me gusta ser tan cabezota. No me gusta esperar por los semáforos. No me gusta el reguetón. No me gusta el flamenco. No me gusta el heavy. No me gusta la humedad ni el calor sofocantes, me agobian. No me gusta tener 80 mecheros y que ninguno funcione. No me gusta que me cobren 4 pavos por una mísera cerveza. No me gusta no tener mascota. No me gusta que la gente quiera saber demasiadas cosas de mí, cosas que a nadie le importan. No me gusta esperar. No me gusta que me desaparezcan cosas, chorradas mías, pero mías al fin y al cabo. No me gusta ser tan impaciente ni tan maniática a veces. No me gustan la falsedad ni la hipocresía, aunque todos lo seamos alguna vez. No me gusta el whiskey. No me gusta no poder volar, irme y volver cuando me apetezca. No me gusta rayarme con tonterías. No me gusta ser tan vergonzosa a veces, ni tan escandalosa otras. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer y que, además, tengan razón. No me gusta ir a una tienda y ver colas tremendas en los probadores y en la caja, cuando sólo voy a comprar una camiseta. No me gusta el fanatismo que está alrededor del fútbol. No me gustan las mentiras ni las manipulaciones. No me gusta que la gente crea que rezando las cosas van a ir mejor. No me gusta el jamón serrano, ni el marisco, ni la fabada.

Cosas que me gustan

Me gusta fumar tirada en la cama mientras escucho buena música. Me gusta salir a la calle cuando hace sol sin necesidad de llevar abrigo. Me gusta tener ratos libres para mí. Me gusta encontrar artículos interesantes. Me gusta el capuccino con sabor a vainilla y trocitos de chocolate del Mercadona. Me gusta no tener nada que hacer, para tirarme al césped mientras el sol me nubla la vista y el aire me da en la cara. Me gusta que me recomienden libros o música y que éstos me gusten. Me gustan las tardes de no hacer nada, cuando pasa el tiempo y me da igual. Me gustan las series de típicos adolescentes y me gusta engancharme a ellas por Internet. Me gusta hablar de temas interesantes que sólo puedes comentar con unos pocos. Me gusta recordar. Me gustan los bolsos grandes de plastiquete. Me gusta sonreír. Me gusta ver fotografías de días de fiesta. Me gusta soñar. Me gusta releer antiguos pensamientos. Me gusta escribir, aunque apenas lo hago. Me gusta cuando nada me importa. Me gusta el incienso. Me gusta que me regalen cosas que saben que me van a gustar. Me gusta que las cosas me recuerden a gente. Me gusta cantar. Me gusta aprenderme las canciones que me gustan, para luego poder cantarlas. Me gusta hacer el bobo y reírme. Me gusta reírme. Me gusta ir por la calle y oír la risa de la gente, aunque no la conozca. Me gusta cuando un niño se alegra al ver a su madre y corre a abrazarla. Me gustan los abrazos. Me gusta recibir cartas. Me gusta ver cómo llueve mientras yo estoy calentita en casa. Me gusta dar paseos por la tarde cuando se ve que la gente está viva y dan ganas de saltar. Me gusta saltar encima de la cama y que a nadie le importe. Me gusta levantarme con una canción que me gusta. Me gusta pintarme las uñas de color azul. Me gusta el agua fría. Me gusta guardar papeles con frases o dibujos. Me gusta cómo cocina mi madre. Me gusta llegar a un bar y que haya un concierto wai. Me gusta la gente divertida. Me gustan las fotos en blanco y negro.

lunes, 9 de marzo de 2009

Tranquilidad

Es genial pasar un fin de semana de completa tranquilidad. Ver buenas películas, escuchar música, fumar, charlar, reír, pasar el tiempo y que pase, que pase tranquilmente, sin agobios y sin importar a nadie nada. ¿Que más da? ¿Qué más da todo? A la mierda el mundo.

Tirada en la cama, con la ventana abierta y una manta por encima, la música bien alta y sin nadie que moleste. Te das cuenta de que te gustaría verte desde arriba, para ver cómo eres al natural y ver cómo eres desde fuera. Agradeces ese respiro que te han dado las circunstancias, y lo aprovechas, lo aprovechas al máximo, porque sabes que hasta dentro de un tiempo no se podrá volver a repetir, si es que repite. Porque este ha sido El fin de semana, el de los contratiempos. Pero tembién el de las risas continuas.

Y a nadie tiene que importarle nada. A la mierda el mundo.